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Como logopedas especialistas en disfagia, te explicamos qué es la disfagia, sus tipos, síntomas y cómo se realiza el tratamiento.

¿Qué es la disfagia y a quién puede afectar?

La disfagia, o dificultad para tragar, es una condición que puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es más frecuente en mayores. Puede variar desde una leve molestia al tragar hasta la incapacidad para pasar alimentos o líquidos, afectando la nutrición, hidratación y calidad de vida.

Como logopedas especialistas en disfagia en Murcia, queremos ayudarte a entender qué es la disfagia, reconocer sus síntomas y conocer a quién puede afectar, para que puedas identificar y abordar esta condición a tiempo.

Vamos a profundizar en los diferentes tipos de disfagia, sus causas, los síntomas comunes, cómo se diagnostica, y las opciones de tratamiento que existen. 

Nuestra misión es darte la información que necesitas y la confianza de que estás en manos de especialistas que pueden guiarte y apoyarte en el manejo de la disfagia. Si crees que tú o alguien cercano podrían estar experimentando síntomas de disfagia, te animamos a que nos contactes para una evaluación y asesoramiento personalizado.

¿Qué es la disfagia?

La disfagia es un término médico que describe la dificultad para tragar. Este trastorno implica problemas en el acto de tragar alimentos sólidos y líquidos, y puede darse desde la boca hasta el estómago.

Cuando alguien padece disfagia, puede experimentar la sensación de que la comida se atasca en la garganta o el pecho, o puede ser incapaz de gestionar el alimento que hay en la boca al tragar. Esta dificultad puede resultar no solo incomoda, sino también ocasionar graves problemas de salud, como desnutrición, deshidratación y aspiración pulmonar, donde los alimentos o líquidos ingresan a las vías respiratorias, causando potencialmente infecciones como la neumonía e incluso la muerte.

Tipos de disfagia

La disfagia se puede clasificar en dos categorías principales, dependiendo de la parte del proceso de deglución que se vea afectada. Cada tipo tiene sus propias características y causas subyacentes:

1. Disfagia orofaríngea

Este tipo de disfagia se relaciona con dificultades en las primeras etapas del proceso de deglución. Las personas con disfagia orofaríngea suelen tener problemas para empezar el proceso de tragar, lo que significa que los alimentos y líquidos pueden tener dificultades para pasar de la boca al esófago. Este problema suele estar causado por alteraciones en la boca y garganta y/o ambos o  debilidades en los músculos, lo cual puede ser resultado de enfermedades neurológicas como el Parkinson, accidentes cerebrovasculares, complicaciones de tratamientos médicos como la radioterapia o en el caso de la infancia por alteraciones anatómicas e inmadurez, entre otras.

2. Disfagia esofágica

La disfagia esofágica ocurre cuando el problema de deglución se presenta en el esófago, el tubo que transporta los alimentos desde el esófago hasta el estómago. Este tipo de disfagia altera o bloquea el paso, que impiden que los alimentos se muevan correctamente hacia el estómago.

El diagnóstico y tratamiento preciso de cada tipo de disfagia son cruciales para manejar efectivamente esta condición y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. 

Síntomas comunes de la disfagia

Los síntomas de la disfagia pueden variar en intensidad y naturaleza dependiendo de la causa subyacente y el tipo de disfagia que afecta al individuo. Reconocer estos síntomas es crucial para una detección temprana y una intervención efectiva. Aquí te presentamos los síntomas más comunes asociados con la disfagia:

Síntomas generales de la disfagia

  • Dificultad para tragar: Sensación de que la comida o los líquidos se quedan atorados en la garganta o el pecho.
  • Dolor al tragar: Sensación dolorosa cada vez que se intenta tragar.
  • Regurgitación: Devolución de alimentos no digeridos hacia la boca.
  • Tos o atragantamiento al comer o beber: Esto puede suceder cuando los alimentos o líquidos se desvían hacia las vías respiratorias, lo que puede llevar a toser o incluso a atragantarse.
  • Cambios en la voz: Puede notarse una voz húmeda o gorgoteante después de tragar, lo que indica que los líquidos pueden estar ingresando en las vías respiratorias.
  • Pérdida de peso: Ocurre debido a la dificultad para consumir suficientes calorías y nutrientes.
  • Desnutrición o deshidratación: Resultado de la incapacidad para ingerir adecuadamente alimentos y líquidos.
  • Fatiga y debilidad: Generalmente ocurren como consecuencia de recibir menos nutrientes y energía de los alimentos.
  • Febrícula. Presencia de temperatura alta o febrícula después de las ingestas. 
  • Necesidad de tragar varias veces por bocado o sorbo: Intentos repetidos para despejar la garganta.

Factores de riesgo y poblaciones vulnerables

La disfagia puede afectar a cualquier persona, pero ciertos factores de riesgo y condiciones médicas hacen que algunas poblaciones sean especialmente vulnerables a desarrollar este trastorno.

Principales causas en población adulta

Enfermedades neurológicas

Las enfermedades que afectan al cerebro y los nervios, como el accidente cerebrovascular (ACV), la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la demencia, son causas comunes de disfagia. Estos trastornos pueden dañar los nervios que controlan los músculos utilizados en la deglución. Enfermedades que debilitan los músculos, como la distrofia muscular y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), pueden dificultar severamente la capacidad de tragar de una persona.

Cáncer

El cáncer de cabeza, cuello, esófago o cualquier tratamiento para estos cánceres, incluida la cirugía, la radiación y la quimioterapia, puede resultar en disfagia. Estos tratamientos pueden causar inflamación, estenosis (estrechamiento del esófago) o daño a los nervios y músculos.

Envejecimiento

A medida que las personas envejecen, los músculos que utilizan para tragar pueden debilitarse, y las respuestas nerviosas pueden volverse más lentas, aumentando el riesgo de disfagia. Los adultos mayores también son más propensos a tener enfermedades que afectan la deglución.

Cirugías o traumas

Las intervenciones quirúrgicas que afectan la cabeza, el cuello o el pecho pueden llevar a complicaciones que resultan en disfagia. Asimismo, lesiones en estas áreas pueden causar problemas de deglución.

Principales causas en población infantil

Anomalías congénitas

Malformaciones en la boca, esófago o garganta, como el labio leporino o paladar hendido.

Problemas neurológicos

Trastornos que afectan el sistema nervioso, como parálisis cerebral o daño cerebral.

Problemas musculares

Dificultades en los músculos que controlan la deglución, como en la distrofia muscular.

Trastornos del desarrollo

Problemas que afectan el desarrollo general, lo que puede incluir habilidades de deglución.

Tratamientos y manejo de la disfagia

El tratamiento de la disfagia se centra en asegurar que el paciente pueda comer y beber de manera segura. Las opciones de tratamiento varían según la causa subyacente de la disfagia y la gravedad de los síntomas. 

Modificaciones en la dieta

Una de las primeras medidas es ajustar la consistencia de los alimentos y líquidos para hacerlos más fáciles de tragar. Pudiendo usar espesante si fuera necesario.

Terapia logopédica de rehabilitación

Los logopedas desempeñamos un papel crucial en la rehabilitación de pacientes con disfagia. Utilizamos algunas técnicas como:

  • Ejercicios de fortalecimiento: Ejercicios específicos para mejorar la biomecánica de los músculos implicados en la deglución.
  • Estrategias compensatorias: Enseñamos al paciente técnicas para tragar de manera más segura, como ajustar la postura de la cabeza o el cuerpo al tragar.
  • Estimulación sensorial: Técnicas que aumentan la sensibilidad en la boca y la garganta para mejorar el reflejo de deglución.

Prevención de la disfagia

La prevención de la disfagia puede no ser siempre posible, especialmente cuando está relacionada con condiciones médicas como enfermedades neurológicas o el envejecimiento natural. Sin embargo, existen varias medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar disfagia o minimizar sus efectos en personas que ya son vulnerables a esta condición. 

1. Postura adecuada al comer

Adoptar una buena postura al comer. Evitar comer acostado o en posiciones que comprometan la deglución.

2. Controlar el reflujo gastroesofágico

El reflujo ácido crónico puede causar inflamación y daño en el esófago, lo que podría derivar en disfagia. Tomar medidas para controlar el reflujo gastroesofágico mediante cambios en la dieta, mantener un peso saludable y seguir las recomendaciones de tu médico pueden ayudar a prevenir la aparición de disfagia relacionada con el reflujo.

3. Evaluaciones regulares para pacientes de alto riesgo

Para personas que ya padecen enfermedades crónicas o neurológicas que aumentan el riesgo de disfagia, realizar evaluaciones regulares con un logopeda especializado ayudará a identificar cualquier signo temprano de disfagia y permitir una intervención temprana.

4. Evitar el consumo de alcohol y tabaco

El consumo de alcohol en exceso y el tabaquismo están asociados con problemas en la garganta y el esófago, incluyendo el riesgo de desarrollar cáncer, lo que puede provocar disfagia. 

5. Tratamientos médicos adecuados

Seguir los tratamientos recomendados para cualquier condición médica que afecte los músculos y los nervios involucrados en la deglución, como el Parkinson o el Alzheimer, puede prevenir el empeoramiento de la disfagia.

6. Atención temprana a los síntomas

Ante los primeros signos de dificultad para tragar, como tos frecuente al comer o sensación de que los alimentos se atascan, es importante consultar a un especialista para una evaluación temprana. El tratamiento rápido puede evitar que la disfagia se agrave.

Si tú o alguien cercano experimenta dificultades para tragar, no dudes en buscar ayuda profesional. En nuestro centro de logopedia en Murcia, estamos especializados en el diagnóstico y tratamiento de la disfagia. Contacta con nosotros para una evaluación personalizada y descubre cómo podemos ayudarte a gestionar este trastorno de forma segura y eficaz.

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